¿Qué se dicen los mayas de esta vasija?

¿Qué se dicen los mayas de esta vasija?

jueves, 10 de marzo de 2011

PARTOS Y EMBARAZOS

Sara me pregunta en su comentario dónde puede encontrar información sobre los embarazos y los partos en época prehispánica. No está, desde luego, en las inscripciones jeroglíficas, ni en las manifestaciones artísticas, aunque de unas y otras se pueden obtener ligeros indicios. Lo mejor es leer con atención a los escritores de la colonia, cronistas y funcionarios de la Corona española, papeles jurídicos, pleitos y demás, y luego extrapolar esa información y contrastarla con los datos arqueológicos. Diego de Landa es la fuente primera, pero hay muchas más. Y no se puede desdeñar el material etnológico; felizmente, la continuidad cultural en el área maya es muy fuerte todavía, a pesar de la presión aculturadora de las últimas décadas. Se deben consultar los estudios de los buenos etnólogos, como Villa Rojas, Redfield y otros más recientes, algunos dedicados en concreto a la mujer y sus circunstancias. Con todo ello construir hipótesis y procurar verificarlas. Y atención, los mayas son parte de Mesoamérica, lo que sabemos de otras regiones también ayuda mucho.

viernes, 4 de marzo de 2011

EJERCIENDO DE PROFETA

Cuando yo empecé a interesarme por los mayas todo hacía presagiar que terminaría como arqueólogo peruanista, pues estaba excavando en Chinchero, en los Andes. Por aquel entonces los mayistas se dedicaban como locos a hacer trabajos sobre patrones de asentamiento y sobre tipología cerámica (el famoso tipo-variedad y sus daños colaterales). A mí me gustaban muy especialmente otras cosas, por ejemplo el arte, la religión, la iconografía, la epigrafía; y mi método era comparativo, me parecía que el comparativismo podía ayudar a interpretar los materiales de las excavaciones y a entender el comportamiento de sus creadores. Algunos años después los estudios iconográficos y epigráficos encabezan la estadística de lo que se hace de más prestigioso en la profesión; pero además, cuál no habrá sido mi sorpresa cuando ha llegado a mis manos un libro publicado por la UNAM, editado y compilado por Aurora Monod y otros autores franceses y mexicanos, en el que se hace una clara reivindicación del método comparativo. Me alegro mucho porque así es posible que se tengan en cuenta mis libros y artículos, en donde he comparado a los mayas con los egipcios o con los khmer, entre otros pueblos de semejante grado de desarrollo cultural. Ignoro si la señora Monod-Becquelin, o Alain Breton, o Mario H. Ruz, los conocen, pero creo que podrían haber hecho alguna referencia a ellos en esa voluminosa publicación. Al fin y al cabo he sido un precursor.